Cómo comprar una casa sin comprometer tus finanzas

Comprar una casa nueva puede ser una perspectiva desalentadora, sobre todo si tienes un presupuesto limitado. Al fin y al cabo, el precio de tu nueva casa podría ser la mayor inversión que hagas en tu vida, así que querrás asegurarte de que no te estás cargando con un compromiso financiero que no eres capaz de mantener.

La buena noticia es que puedes comprar una casa sin comprometer tus finanzas, siempre que estés dispuesto a investigar y esforzarte. Aquí te damos algunos consejos para comprar una casa sin agobios económicos:

1. Calcula tus finanzas antes de empezar

Antes de empezar a buscar casa, es importante que sepas exactamente de cuánto dinero dispones. Calcula lo que tienes disponible en ahorros, y considera cuánto puedes permitirte de forma realista cada mes para el pago de la casa. Esto te dará una idea del tipo de casa que puedes comprar, así como un presupuesto realista.

2. Explora todas tus opciones

Una vez que conozcas mejor tus finanzas, es hora de estudiar tus opciones de compra de vivienda. Mucha gente empieza su viaje hacia la compra de una casa buscando un préstamo de un prestamista o un banco, pero no es la única opción. Explora algunas de las formas alternativas de financiar la compra de tu nueva casa, como los préstamos avalados por el gobierno, los prestamistas privados o las subvenciones para compradores de vivienda por primera vez.

3. Calcula el pago inicial y otros gastos

Uno de los consejos a la hora de comprar una casa es cómo utilizar mejor el pago inicial. Cuanto más ahorres para la entrada, menos financiación necesitarás y más bajas serán tus cuotas mensuales. Pero la entrada no es el único coste inicial: también tendrás que tener en cuenta los gastos hipotecarios, de tasación y notariales.

4. Considera las finanzas separadas

Si vas a comprar una casa con el dinero que tenías antes de casarte, puede ser una buena idea excluir explícitamente a tu cónyuge de cualquier título de propiedad. De este modo, mantendréis vuestras finanzas separadas, lo que puede ofrecer cierta seguridad en caso de que la relación se disuelva.

5. Aprende a manejar tus capacidad económica

Una de las cosas más importantes a la hora de comprar una casa es saber cómo calcular las cuotas de la hipoteca en función de tus ingresos y ahorros. Es esencial que el coste de las cuotas hipotecarias no supere el 30% de tus ingresos mensuales; de lo contrario, corres el riesgo de sobrecargar tus finanzas. Además, hay una gran variedad de hipotecas disponibles, todas ellas con diferentes plazos de amortización y tipos de interés, así que asegúrate de comparar y conseguir la más adecuada para ti.

6. Ten un planificador que te ayude a regular tus finanzas

Tener un plan financiero para tu viaje de compra de vivienda puede ser esencial para asegurarte de que mantienes tus finanzas bajo control. Sin sacrificar tu sueño de establecer un legado financiero, es importante asegurarte de que no pones en peligro tu estabilidad económica. Existen diversos métodos para ayudarte con esto, como obtener un préstamo de la misma entidad financiera de la que procede tu hipoteca, pedir un préstamo personal o recurrir a subvenciones.

7. Considera estrategias financieras alternativas

Cuando se trata de comprar la casa de tus sueños, hay numerosas estrategias financieras alternativas que pueden emplearse para ayudarte a conseguirlo. Por ejemplo, puedes aprovechar los programas de alquiler/reembolso, la financiación de la construcción respaldada por el gobierno y el crowdfunding. Además, si vas a comprar con un compañero, no tenéis por qué repartiros la factura a partes iguales: puede que aporte más que tú, mientras que tú puedes cubrir algunos otros gastos de la vivienda.

Conclusión

A pesar de lo que puedas pensar, es totalmente posible comprar una casa nueva sin tener que comprometer tus finanzas. Con un poco de investigación y algunas estrategias clave, puedes asegurarte de que el proceso de compra de una vivienda transcurre sin problemas, y de que estás en la mejor posición posible para asegurarte de que no acabas forzándote más de la cuenta.